En un mundo globalizado donde estamos conectados y la
tecnología ha avanzado hasta niveles inimaginables, las relaciones
interpersonales se hacen más complejas y el tiempo parece esfumarse.
El tiempo, hilo irrompible y aparentemente infinito, es uno
de los conceptos que más controversias ha suscitado en la cultura social de
todas las comunidades humanas. Desde las culturas que inauguraron la historia
de la humanidad y que lograron atrapar el tiempo en la estructura del
calendario. Entre ellas tenemos a los egipcios que dieron 24 horas al día y 365
días al año, los babilonios, 12 meses al año y 30 días al mes y los romanos
siete días a la semana.
La insostenibilidad ambiental a la que se está llegando se
debe a que gastamos los recursos naturales a mayor velocidad de lo que la
naturaleza puede regenerarlos y no, sencillamente, porque los usemos.
El Movimiento Slow, propone la valoración de los procesos que
llevamos a cabo para alcanzar los fines. No tanto la lentitud del hacer como la
consciencia de las cosas que hacemos, no tanto el beneficio último como el
beneficio integral de todos los factores involucrados.